36 años de crianza continua de pacovicuñas en la zona de “Crucero” y “Macusani”.
“La agricultura es la más noble de todas las alquimias,
porque convierte a la tierra y aun a la majada en oro,
y da además al cultivador, de premio, su salud”.
Earl Chesterfield.
Sir Clement R. Markham en sus viajes por el Perú para colectar las semillas del árbol de la quina (productor de la quinina o también llamada chinchona) recorrió las altiplanicies andinas.
Durante estos viajes visitó diversos pueblos de la zona de Puno. Allí observó como en una gran planicie cerca del pueblo llamado “Crucero” (porque era el cruce de varios caminos) existían extensas áreas que alimentaban grandes rebaños de ovejas y también alimentaban híbridos producto del cruce de alpaca y vicuña y los reconoce con el nombre, indicando que así eran llamados en la zona, como “paco-vicuñas”.
Cosa curiosa, indica que las pacovicuñas eran de color blanco y negro. No entraremos a suponer que Markham, un viajero acostumbrado a reportar con exactitud lo que observaba en sus viajes (que para eso le pagaba la corona inglesa) se haya equivocado. Probablemente, y a falta de mejor explicación, podrían ser pacovicuñas pertenecientes a cruces F2, F3 y sucesivos, o productos de “retro-cruzas” con alpacas. Otra posibilidad es que se tratara de “llamo vicuñas”.
Mucho más improbable es que le hayan mostrado alpacas o llamas y le hayan dicho que eran “paco-vicuñas”. No ganarían nada los lugareños con engañar a este británico acostumbrado, como dijimos, a los viajes y a reportar sus hallazgos. Y, además, la apariencia de una pacovicuña comparada con una alpaca o una llama es bastante disímil. Y la Alpaca y la llama eran animales que Markham conocía perfectamente pues los describe a lo largo de todo su libro “Viajes por el Perú y la India mientras supervisaba la recolección de plantas y semillas de chinchona…”1. Difícil engañar a quien tiene los referentes a la mano, o estos están frescos en la memoria, para así comparar.
Lo importante es que Markham reporta la existencia de pacovicuñas en las praderas altoandinas en similares territorios a los que usaban los lugareños para pastorear sus grandes rebaños de ovejas.
Los datos que proporciona Markham, sobre la ubicación y altitud del pueblo de “Crucero”, y su existencia, los hemos podido comprobar con mapas actuales que se adjuntan al presente artículo. Finalmente, Markham indica, seguramente porque le ha sido explicado por los lugareños, que hubo una crianza anterior de Pacovicuña en 1826 a cargo del “Cura” Cabrera.
Este dato, que podría ser o no ser cierto también lo hemos podido comprobar y en otro artículo colocamos todos los datos pertinentes a la crianza realizada por el Padre Cabrera (personaje que por sus méritos en la crianza de la pacovicuña fue reconocido por el Congreso de la Republica y su retrato puesto en el Museo del Congreso). En el artículo sobre el Padre Cabrera queda claro que la zona donde este realizó su crianza fue en área diferente y alejada de Crucero, específicamente en el pueblo de Macusani de donde el Padre Cabrera era párroco.
De modo que, hasta este momento, tenemos que, documentadamente, nos ha quedado el reporte fehaciente de que han existido crianzas intensivas de pacovicuñas en 3 territorios diferentes y alejados dentro del departamento de Puno: Cala Cala, Crucero y Macusani. 1 Y continúa el título de marras: “… recolección de plantas y semillas de Chinchona de Sudamérica y su introducción en la India”.
El buenazo de Markham (que nos ilustra sabiamente sobre la pacovicuña) tiene una deuda histórica puesto que se llevó, por orden expresa de la corona británica, y sabiendo que estaba contrabandeando y yendo contra las leyes del Perú, la semilla del árbol de la Quina (curioso… al igual que la vicuña… ¡también está en nuestro escudo nacional!... y se llevó los plantones de caucho que luego sembró en Malasia… ay… Markham! Hombre de su tiempo dirán algunos… pero habrá que pensar como ajustamos esa cuenta… ¡Mas vale tarde que nunca! Pongamos hoy el ejemplo para que no salgan mañana más “Markhams” que se lleven ilegalmente nuestros recursos genéticos. La lucha debe ser legal, técnica, por los medios y denunciando a los expoliadores y a los cómplices activos y pasivos.
Así que podemos concluir:
- Que desde 1862 existen pacovicuñas en la zona altiplánica de Puno en la zona de “Crucero”.
- Que desde 1826 existen pacovicuñas en la hoy en día muy conocida zona de Macusani.
- Que dichos rebaños de pacovicuñas no fueron colocados ni creados en solo día.
- Que un observador acucioso como Markham no reporta ni le es reportado ningún elemento de peligro o algún daño a las poblaciones silvestres de vicuña.
Sumemos pues los pueblos y zonas de “Crucero” y “Macusani” con crianzas entre 1826 y 1862 (36 años) a la crianza realizada en la zona de “Cala Cala” que, como hemos explicado en otros artículos, ha tenido pacovicuñas cuando menos por 26 años (desde 1957 hasta 1983).
La certeza de la prueba documentaria, proveniente de personas que vieron dichos rebaños y no pueden ser acusados de tener algún interés futurista en la polémica que vivimos a inicios de este siglo XXI, nos permite llegar a mejores conclusiones:
- En el Perú se han dado un total de 62 años de crianza de pacovicuña (desde 1826 hasta 1862, y desde 1957 hasta 1983).
- En el Perú se han criado pacovicuñas en cantidades importantes (como lo son las 2,000 pacovicuñas de “Cala Cala” o el importante rebaño del Padre Cabrera (en merito a lo cual el Congreso de la Republica lo premió y colocó su retrato en el Museo del Congreso) o los rebaños de pacovicuñas que impactaron a un hombre acostumbrado a ver todos los días nuevas maravillas o nuevos descubrimientos, como lo era Markham.
- En el Perú se han criado pacovicuñas en distintos períodos de su historia. Así las tenemos en el Siglo 19 en “Crucero” y “Macusani” y en el siglo 20 en “Cala Cala”.
- En el Perú ha habido continuidad en la crianza de pacovicuñas por una cantidad significativa de años (36 años en las zonas de Crucero y Macusani, y 26 años en la zona de Cala Cala)
¡Reconozcamos el mérito de los hombres que supieron desarrollar sus crianzas y defenderlas con éxito!. Retomemos la crianza de la pacovicuña tal como lo hicieron nuestros ancestros. No perdamos nuestros derechos naturales merced a teorías que no tienen ni una sola prueba y obedecen a intereses extranjeros contrarios a los intereses de las mayorías de comuneros altoandinos y de todos los peruanos.
El título del libro de Markham es: “TRAVELS IN PERU AND INDIA while superintending the collection of chinchona plants and seeds in South America, and their introduction into India.”
El documento original completo puede ser consultado en:
http://books.google.com/books?id=IzYBAAAAQAAJ&pg=PA207&dq=paco-vicuna
El texto específico donde Markham menciona todo lo aquí expresado es el siguiente:
Alguna persona, hoy en día en uno de los puestos más altos de la administración pública, me pidió que procurara no hablarle acerca de un tipo de profesional que toda su vida ha abusado de los mas pobres. Me explico que este prototipo nefasto cursó estudios gratuitos en la universidad y luego hizo una maestría también pagada por el Estado Peruano u otro gobierno. Luego va subiendo, trepando, abusando, en la vida y trabaja poco, cobra bien, y sabe mucho. Pero hoy se ha convertido en el abuso personificado. ¿Por qué? Pues, me explicaron, porque ese tipo de personaje ha reemplazado al gamonal de antaño y hoy con el látigo de su indiferencia, con la retención de sus conocimientos, con la venta de su talento y experiencia al mejor postor, azota la pobreza de nuestros comuneros altoandinos y abusa del desconocimiento de los peruanos más humildes. Es, o quiere ser y perpetuarse, como el abusivo “gamonal” de la tecnología y la ciencia.
“Los abusos son como los viejos caducos, llega
un tiempo en que dejan de infundir respeto”.
Edmund Burke
Javier Rodríguez
Lima, Perú
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